Los nuevos desafíos económicos y sociales a los que se enfrentan las organizaciones de hoy en día, hacen necesarios que los directivos, empresarios y la sociedad en general legitimen sus decisiones ante todos los grupos de interés y apliquen criterios de responsabilidad social en sus decisiones estratégicas
Tanto la Responsabilidad Social como la sostenibilidad se han convertido en fuertes tendencias a nivel mundial. Todas las empresas y organizaciones tienen estrategias que abarcan estos dos conceptos. Sin embargo, es muy común confundir sus definiciones y conocer la diferencia que existe entre ambos.
Por un lado, debemos tener presente que toda empresa, sin excepción, tiene un impacto social, económico y ambiental en la sociedad. La responsabilidad social hace referencia a esa responsabilidad que tienen las empresas con respecto a dicha huella. Su objetivo es minimizar los impactos negativos y maximizar los positivos.
Por otro lado, la sostenibilidad se refiere a la capacidad de una organización a sostenerse a través del tiempo, satisfaciendo sus necesidades y cumpliendo con sus propósitos, sin comprometer a las futuras generaciones ni afectar el bienestar general, económico, ambiental y social, de su entorno. En resumen, podemos concluir que la responsabilidad social es el camino para lograr la sostenibilidad.
Comunicar las iniciativas de responsabilidad social que está llevando a cabo la organización, no significa que las personas ya no se fijarán en otros aspectos de la organización. Hacerlo de una forma correcta y eficaz, es esencial para generar relaciones beneficiosas con nuestros públicos de interés.
Esta práctica no es exclusiva para grandes grupos empresariales; pequeñas y medianas empresas (PyMEs) es decir, cualquier organización puede comunicar sus esfuerzos, ajustando sus estándares a las características y dimensiones.
La responsabilidad social deja de ser relevante y pierde parte de su propósito si no se comunica, pero también puede perder su credibilidad si se hace lo contrario, es decir, si solo se utiliza como una estrategia de comunicación y no se puede respaldar con hechos.
La comunicación de nuestros esfuerzos de Responsabilidad Social pueden resultar en una herramienta estratégica importante para mejorar la reputación corporativa de una empresa. Sin embargo, si no se hace de manera efectiva y no refleja realmente las actividades de RS de una empresa, estas pueden ser percibidas por nuestros públicos de interés como una estrategia superficial, generando una reputación negativa en los temas de sostenibilidad de nuestra empresa. Para mitigar este escepticismo, es esencial la presencia de información completa, de relevancia personal, transparente, coherente y de tono fáctico, o relacionado a los hechos concretos, en la comunicación de cualquier iniciativa de RS.
Entre los públicos de interés más importantes de una empresa, cuando hablamos de Responsabilidad Social, es el de los colaboradores. La participación activa de este público de interés en proyectos de esta índole contribuye a una mejor percepción por parte de los colaboradores con respecto a la reputación de la organización. De esta forma, es posible que compartan voluntariamente información en sus redes sociales, ayudando a mejorar la reputación de la organización en el mercado.
Entonces, a raíz de todo lo planteado anteriormente ¿cómo debemos comunicar de forma efectiva nuestra estrategia de responsabilidad social?:
Jiang, H. (5 febrero, 2020) Eight best practices for linking corporate social responsibility to corporate reputation. Recuperado de: https://instituteforpr.org/eight-best-practices-for-linking-csr-to-corporate-reputation/
Vizion 360 (7 diciembre, 2017) ¿Qué diferencia hay entre la responsabilidad social y la sostenibilidad? Recuperado de: https://vizion360.xyz/que-diferencia-hay-entre-la-responsabilidad-social-y-la-sostenibilidad/